
Alimentación consiente
Share
A veces, la comida se convierte en algo automático, ¿verdad? Comemos rápido, sin pensarlo mucho, y luego nos sentimos hinchadas o culpables. Pero cuando nos damos un poco de tiempo para estar presentes con lo que estamos comiendo, todo cambia. Aquí te comparto algunos consejos que me han ayudado a estar más conectada con lo que como:
Primero, trata de disfrutar cada bocado. Comer despacio, saboreando lo que estás comiendo, no solo te ayuda a sentirte más satisfecha, sino que también mejora tu digestión. No es cuestión de comer súper lento, solo de estar más presente. Es increíble lo que cambia la experiencia cuando realmente te concentras en lo que estás comiendo.
Otra cosa que me ha funcionado es escuchar a mi cuerpo. A veces comemos porque “es hora” o porque estamos aburridas, no porque realmente tengamos hambre. Si alguna vez te sientes como si tuvieras que comer, párate un momento y pregúntate: “¿De verdad tengo hambre?” Muchas veces, simplemente necesitamos un poco de agua o un descanso.
También es importante evitar distracciones mientras comemos. Ya sabes, comer frente a la televisión o mirando el celular no solo nos hace comer más rápido, sino que también nos desconecta de lo que estamos ingiriendo. Si puedes, dedica esos minutos solo a comer. Te sorprenderá lo mucho que cambia la forma en que disfrutas la comida cuando te enfocas en ella.
Lo que también me ha ayudado es alimentar mi cuerpo con lo que realmente necesita. No se trata de seguir una dieta estricta, sino de elegir alimentos que te hagan sentir bien. He notado que cuando opto por opciones frescas, como frutas, verduras o algo con proteínas, me siento mucho más energética. Claro, de vez en cuando también me doy un gusto, pero trato de que lo que como la mayoría del tiempo sea nutritivo.
Un truco que me ayuda es tomarme un momento para agradecer lo que tengo en el plato. A veces estamos tan ocupadas que ni siquiera pensamos en lo afortunadas que somos de tener comida disponible. Si te tomas unos segundos antes de comer para dar gracias, esa pequeña pausa te hace sentir más conectada con lo que estás comiendo.
No te pongas presión. Comer conscientemente no significa ser perfecta todo el tiempo. Si un día tienes antojo de algo que no es tan saludable, disfrútalo sin culpas. La clave está en encontrar un balance y, sobre todo, en elegir lo que te haga sentir bien en la mayoría de las veces.
Por último, algo que me funciona es planificar un poquito las comidas. No se trata de seguir un menú rígido, pero cuando sé que tengo opciones saludables en casa, me resulta más fácil evitar caer en la tentación de pedir comida rápida. No tiene que ser complicado, solo un poco de organización.
Al final, lo más importante es que la alimentación consciente se trata de estar más conectada con lo que comes, sin presionarte ni sentir culpa. Se trata de disfrutar lo que tienes en el plato y cuidar de ti misma de una manera amable. No tiene que ser perfecto, pero de verdad hace la diferencia
con cariño aleja s